Un día para reflexionar

Balloon Latam
Speech Balloon
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5 min readMar 8, 2018

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Por Alba García Sánchez, Encargada de Comunicaciones en Balloon Latam

Llevo varias semanas preguntándome cómo enfocar esta columna. La intención no era escribir algo negativo, supongo que por eso me ha costado tanto ponerme a ello. Porque le he dado muchas vueltas, y la verdad es que veo un panorama muy desalentador para las mujeres a nivel mundial. Soy muy consciente de la situación de desigualdad que sufrimos las mujeres en el mundo por el mero hecho de serlo, y creo que somos muchas y también algunos, afortunadamente cada vez más, los que no nos conformamos con los avances. Los reconozco y celebro, evidentemente, pero no puedo dejar de alarmarme al escuchar comentarios tipo: “No os quejéis tanto, que ahora estáis mucho mejor que antes”.

Sin duda, creo que es necesario pararse a reflexionar sobre esto. Tal vez hoy con más motivo por tener una mayor atención por parte de medios, instituciones y, en definitiva, de toda la sociedad. Porque creo que hoy no es solo un día para celebrar lo conseguido, sino también para hacer un alto en el camino y mirarnos. Mirarnos como pareja, como amiga o amigo, como madre, padre, hija, hijo, hermana, hermano, compañera o compañero de clase, de departamento, de organización. Mirarnos como equipo de trabajo, como colegas, como jefa o jefe, como dirigente vecinal, como dirigente político.

En un principio, me había hecho un borrador con grandes temas: la feminización de la pobreza, el ecofeminismo, la sostenibilidad de la vida… Pero me di cuenta de que tenemos que aterrizar más el discurso en lo cotidiano, porque los temas del día a día son los grandes temas, donde creo que más cuesta ver que el avance no es tanto. Por ejemplo, si bien los índices de empleabilidad de las mujeres a nivel mundial siguen aumentando, donde deberíamos poner más atención es realmente en la forma en que la mujer se incorpora al mercado laboral. Para la generación de mi abuela, trabajar fuera de la casa era algo impensable. Ella ni siquiera pudo estudiar, no la dejaron los hombres de la familia. Para la generación de mi madre, eso era ya algo común, “normal”. Y por fin en mi generación y las posteriores, la mayor parte de las mujeres trabajamos fuera de casa. Aunque, cuidado, que esto no significa que no sigamos haciéndolo en la casa. Además, este avance esconde, pasa absolutamente por alto, la importancia del trabajo reproductivo; ese trabajo que han hecho toda la vida nuestras abuelas y muchas madres, ese que aún realizan tantas mujeres en el planeta y que sigue sin existir y ser reconocido por la sociedad.

A veces, siento que los mensajes masivos nos inmovilizan, como si nada dependiera de nosotros y nosotras. Pero, ya os dije que no quería escribir algo negativo. Y tengo buenas noticias, existen numerosas alternativas que sí están en nuestra mano, que son 100% realizables y aterrizadas en nuestro día a día. Se podría pensar que desde una posición privilegiada como la mía, en comparación con muchas otras mujeres, es muy fácil hablar de desigualdad.

Pues justamente, desde este lugar, creo que mi responsabilidad es visibilizar la situación de desigualdad de las mujeres a lo largo y ancho del planeta. Todos y todas podemos y debemos contribuir a la generación del cambio, involucrando a nuestro entorno más próximo primero, para extender el mensaje de transformación social, necesario y urgente.

En muchos casos, cosas tan simples como transmitir a tu pareja la importancia de compartir las tareas de cuidado, crianza y mantenimiento del hogar, pedir a tu compañero de trabajo que trate de no interrumpirte cuando estés hablando en una reunión, decirle a tu ginecólogo que no te hable como si conociera tu cuerpo mejor que tú o afearle a tu amiga que sonría al que la piropeó en la calle, son pequeños cambios que pueden llevar a uno más grande, siempre y cuando todas y todos le tomemos el peso a la realidad de la desigualdad, lo cuestionemos, problematicemos y nos responsabilicemos de lo que nos toca. Que no es poco. En casa, en el trabajo, con las amistades, con la familia. Y como ciudadanía, también debemos exigir a empresas, centros educativos, partidos políticos y demás instituciones, que incorporen medidas reales, que se comprometan, que den ejemplo.

Por lo tanto, hoy día os invito a reflexionar. Quiero aprovechar este día para darnos un buen tirón de orejas; por conformarnos, por esperar que nos lo den todo hecho, por pensar que no tenemos nada que ver con lo que pasa a nuestro alrededor. Y lo hago desde la esfera personal, como mujer, pero también desde mi desempeño profesional, que me da la plataforma. De eso se trata. Creo que es responsabilidad de todos y todas las que creemos y trabajamos por construir un mundo mejor, buscar la manera de difundir el mensaje de cambio. Desde hace apenas un par de meses tengo el orgullo de formar parte de la comunidad Balloon Latam, una empresa con apellido social, que hace las cosas de una manera diferente, que en su ADN tiene el compromiso de cambiar realidades injustas y no mirar para otro lado.

Hay mil maneras de no ser indiferente, busca la tuya.

Alba García Sánchez es Encargada de Comunicaciones en Balloon Latam. Abulense trotamundos, reside en Chile desde hace tres años, pero lleva casi diez involucrada en desarrollo comunitario en diferentes países de África y América Latina.

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Una empresa social que a través del emprendimiento entrega herramientas para el desarrollo de agentes de cambio y comunidades de América Latina.